Dile dónde está su horizonte,
Dónde lo encuentra,
Háblale de las voces del más allá,
Guíalo por la melodía de las sombras,
Raspa su sentido y golpea su mente,
Dale una razón para entender su locura,
Hazlo vivir de nuevo en libertad,
Cuéntale de lo irreal,
De lo que sólo se puede soñar con la pupila,
Aplasta sus pulgas y aniquila sus garrapatas,
Sujétalo en la ciudad que nunca duerme,
Por doquier hay un lobo rabioso y una presencia impresentable,
Grítale a la humanidad perdida para que vuelva,
Arruina sus pesadillas y salva sus sueños,
Muéstrale que con el ego se despedaza el alma,
Enséñale a amar a amigos y enemigos,
Canta sus alegrías y murmura sus penas,
¡Sabes de que color es la esperanza!,
No le digas nada que se pueda romper con el viento,
Sé sincero y cuenta sus horas de impaciencia,
Búscalo en el bosque invernal de sus antepasados,
Hazlo llorar como sea,
Hace tiempo se convirtió en una piedra fría,
Arranca las espinas de sus huesos débiles,
Reconstruye su destino,
Despliega sus alas y llámalo a volar.